Podemos mostrarte cómo disminuir esta dependencia mientras sigues calentando en invierno y, ¿por qué no?, reduciendo la temperatura en verano.
¿Sabías que todos los hidrocarburos son compuestos de moléculas de hidrógeno y carbono, pero principalmente de hidrógeno?
De hecho, ya sean líquidos o gaseosos, la molécula de hidrógeno es la fuente de energía de los hidrocarburos. Al quemar hidrógeno de combustibles fósiles, liberamos carbono a la atmósfera, donde se une con el oxígeno para formar dióxido de carbono, el gas de efecto invernadero más importante (75% de las emisiones) del planeta.
Consumir hidrocarburos es consumir hidrógeno con carbono.
¿Sabías que aunque se genere a partir de energías renovables, el hidrógeno llamado «verde» consume mucha electricidad, entre 45-50 kWh/kgH2, que es suficiente para recorrer unos 100 km en un automóvil de hidrógeno?
¿Cuánta electricidad se necesitaría para los 250 millones de vehículos que circulan en Europa?
Imagina el monto de tu nueva factura de electricidad.
Producimos juntos hidrógeno sin carbono, sin energías renovables, para no desviarlas de su uso principal, es decir, proporcionar electricidad a hogares, infraestructuras e industrias.
Este hidrógeno existe en el subsuelo, en su forma pura, es decir, no asociado a otras moléculas.
Es cierto, pero ¿sabías que, además de los costos de extracción, los principales costos económicos de este gas muy volátil e inflamable, independientemente de su color, son el almacenamiento, la seguridad y el transporte?
Para transportarlo o almacenarlo, debemos comprimir el hidrógeno en tanques especiales a presión y a prueba de fugas para evitar accidentes.
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